Planifica comidas, cambia hábitos y disfruta
Todo comienzo de año viene acompañado por listas de propósitos. Entre los más comunes está, como no, adquirir unos hábitos de vida más saludables mejorando la alimentación y poder bajar los kilos que hemos ido acumulando con el paso de los años (no es algo que viene de ésta última navidad…), planifica comidas!
En muchas ocasiones además queremos perderlos rápido, mediante poco inteligentes planes detox. Esto es un error desde la base, no podemos pretender bajar el peso incrementado durante meses e incluso años en el menor tiempo posible. Seguramente con estos planes consigas una pérdida de peso rápida significativa pero… ¿a partir de masa muscular y mantenido grasa?, ¿de verdad es eso lo que queremos?
Si tu respuesta es «NO, yo quiero hacer bien las cosas» desde WELL te queremos ayudar.
Uno de los principales factores «limitantes» a la hora de adquirir una pauta saludable, en lo que a alimentación se refiere, suele ser que debido al ritmo que llevamos tenemos que hacer una de las ingestas principales (la comida) en el lugar de trabajo o bares/restaurantes/comedores.
Obviamente no descubrimos nada nuevo si hablamos de llevarnos al lugar de trabajo la comida en táper. Lo que buscamos con este artículo es ayudaros con la planificación y/o elaboración de éstos, con el objetivo de que no se reduzca a unas tristes hojas de lechuga iceberg y unas petrificadas pechugas de pollo a la plancha. Así, planifica comidas siempre.
- Lo primero a tener en cuenta es el recipiente. Si sois usuarios de táper seguramente os hayáis percatado de que algunos de plástico alteran el sabor de la comida que contienen. Sin embargo, existen otros materiales que son más apropiados para este fin, no cambian el sabor de los alimentos y además soportan mejor el calor. Un claro ejemplo es el cristal.
- Tiempo y ganas son para muchas personas otros de los factores que «no ayudan» a llevar una buena planificación. No es necesario que cada día dediquemos mucho tiempo a preparar la comida para el día siguiente. El fin de semana tiene muchas horas, es un buen momento para aprovechar y dejarnos listos algunos platos o al menos parte de ellos. Cocer huevos, patata, hervir arroz, quinoa o legumbre en grandes cantidades incorporándolas cada día al táper junto a una ración de vegetales puede ser una gran opción y además requiere de muy poco tiempo de elaboración. Otra opción es recurrir a preparar los platos completos y congelar, que no te de reparo congelar platos como la legumbre, se mantendrán perfectos.
¿Te has preparado una ensalada para el trabajo y a la hora de comer tiene una textura poco agradable o ha perdido la frescura? No te preocupes, evita aliñar con antelación estos platos, llévate o ten en tu lugar de trabajo aliños (AOVE, vinagretas caseras…) - El mayor problema de los táperes es la ración proteica (para aquellos que la quieren en forma de carnes/pescados/huevos, ya que existen otras fuentes que no son de origen animal) La textura pierde calidad con el paso de las horas y más a la hora de recalentar. ¿Cómo lo hago entonces? Podemos recurrir a salsas (no hipercalóricas, con ingredientes de calidad) como puede ser una crema de champiñones o setas a base de bebida vegetal o leche, un pescado con salsa de perejil, guisos, marinar aves como pechuga de pollo o pavo de forma de adquirirán y mantendrán una textura muy jugosa.
Veamos unos ejemplos
Ensalada de quinoa, arroz o legumbre (lentejas, garbanzos, judías). Podemos optar por cocerlas nosotros mismos o recurrir a botes de conserva, añadimos los vegetales que más nos gusten. Brotes tiernos u hojas de espinaca cruda, pimiento rojo/verde crudo, espárragos, cebolla, tomate, aguacate, aceitunas, huevo duro, atún…las alternativas son casi infinitas. Como hemos comentado antes podemos dejarlas preparadas (sin aliñar) el fin de semana en diferentes táperes para que sea más cómodo.
¿Lo prefieres caliente? No hay problema. Contamos con las mismas bases (quinoa, arroz, legumbre…) y añadimos los vegetales al vapor o sofritos tipo wok. Podemos congelar en raciones e ir sacándolas la noche de antes. No hay excusas.
Otra alternativa para temporadas invernales es recurrir a cremas o purés de verdura. Te aguantará como el primer día hasta 5 días en la nevera, no obstante puedes recurrir a congelarla.
Y con las carnes, ¿qué puedo hacer?
Hay muchas alternativas, algunas más adecuadas que otras para según qué tipo de carne o corte. Podemos proceder a marinarlas para conseguir buen sabor y una agradable textura.
Por ejemplo, el pollo marinado. Aquí van tres opciones.
1. Mezclamos en un recipiente no metálico: Zumo de limón (1/3-1/4 de taza), media cucharada pequeña de cayena molida, pimienta negra en grano, sal o sal gruesa, piel de limón, 3-4 dientes de ajo rallados, perejil fresco, hierbas aromáticas y AOVE. Conservar en la mezcla mínimo dos horas y máximo cuatro.
2. Otra alternativa, un poco más dulzona sería mezclar 2 cucharadas de AOVE, 1 de miel, 1 diente de ajo picado, sal y pimienta. Añadimos el pollo y dejamos reposar mínimo dos horas removiendo de vez en cuando.
3. Si ninguna os convence o queréis más, colocamos 2 tomates secos cortados por la mitad en un bol y mezclamos con 4 cucharadas de aceite de oliva, 1 cebolla picada y abundante tomillo fresco. Añadimos el pollo cortado en taquitos y dejamos marinar un par de horas en el frigorífico